SELVA OSCURA Y YO
SELVA OSCURA: Ni es selva, ni es oscura.Sus paisajes modelados por la naturaleza, matizados con pinceles de aire y sol, con lluvia y nieve, con arco iris nacidos de la bruma y la garúa, con árboles centenarios, erguidos y ostentosos, con fluyentes y rápidos riachuelos, abrazan a este silente conjunto de humildes casas.
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Acariciándolas y en ocasiones perfumándolas con el aroma soñado que exhalan sus candorosas plantas y que transporta el polvo levantado por un hálito de viento.
Sus tranquilos habitantes deambulan con pasos lentos, mordiendo resignadamente sus anhelos.
Sus semblantes se alzan alegres visitando al vecino, sus amigos de siempre.
Hoy la mayoría de los jóvenes optan por el camino que les conducirá a las grandes urbes donde está la modernidad.
Los de ayer, se quedaron y no partirán. Sus ancestros no estarán solos. Algún día compartirán sus fatigas y descansarán juntos.
Yo soy un transplantado.
Mis hijos partieron a otros destinos.
Sólo el recuerdo ya lejano de sus risas infantiles, acompañan mi existencia.
Sus juguetes esparcidos, mustios, esperan, quizás, el llamado y la caricia de sus amos.
Cuadernos y libros ajados, reposan en eternas vacaciones, en vetustos muebles que cobijan estudios también añejos.
Ahora reposan y tienen por delante un incierto futuro.
Como problemático también lo es el devenir de quien escribe estas notas.
¡Cómo nos cambia nuestra existencia!: Ayer felicidad. Hoy: Soledad.
Siento una tempestad sacudir mi sentimentalismo.
En mi cabeza aparecen horizontes repletos de verdes llanuras y revoleteando con gráciles movimientos danzan infinitas hojas que caprichosamente insisten en mortificar mi tranquilidad que, aún, no logro alcanzar plenamente.
Rostros familiares se agregan a este febril escenario y los árboles semidesnudos entristecen por su desventura foliar, solidarizando con mi incertidumbre filial
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Se engañaría el que creyera que la lejanía de los seres queridos no deja amargas huellas que nos torturan.
Ello hace que los rumores diurnos huyan y se dispersen y nuestro claro entorno se transforme en crepúsculo de oscuridad.
Leves luminosidades recibe nuestra alma al arrullar figurativamente aquellas cosas que formaron parte de sus espacios que ya dejaron de ser comunes.
“El Amor vive en presencia y muere en ausencia".
Pero el amor filial, caudal inagotable, es la única cosa eterna en esta vida.
A veces llueve y ese llanto del cielo empapa nuestros ojos de tristeza y envuelve nuestra soledad húmeda como un regazo donde debemos perpetuarnos.
Cansado, deshecho, me pongo a descansar y pienso…
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