02 marzo 2011

HOJAS DEL ÁRBOL CAÍDAS




                                           HOJAS DEL ARBOL CAÍDAS

Los ´desnudos árboles invernales apoyan su tristeza vegetal mirándose unos a otros, extrañados, desvalidos. Como novatos miembros de un campo nudista.

Incapaces de comprender que su ritmo vital precisa de un descanso, de vacaciones necesarias para reiniciar sus preciosas actividades que les darán a ellos la oportunidad de reproducirse y eternizarse.

Proveerán al hombre de oxígeno para que sobreviva.

Limpiarán el ambiente de anhídrido carbónico que usarán para auto-alimentarse.

Y lo más importante, robarán al sol su energía luminosa y la transformarán en energía química
.
Los vegetales, únicos seres vivos capaces de hacer transformación de este tipo, a través de la llamada asimilación clorofílica.

Y en última instancia favorecen al hombre para su supervivencia.

Sus miradas, febles, incrédulas observan, asustadas, como sus mantos de verdes hojas que tejían en primavera, han abandonado, en marchita agonía, la copa verde que fue su cuna.

Mecidas en angustioso ritmo eólico son transportadas, sin retorno, lejos de su arbóreo hogar

Otras, tal vez, más sensibles, yacen al pie de esos colosos, en silente súplica de protección-.

No quieren alejarse.

Cada vez va aumentando el número de esas fallidas hojas que van acumulándose en un arco iris melancólico de perdidos aromas.

Aunque alejadas, abortadas de su función específica, su desintegración en sus elementos estructurales de orden químico, les permitirá regresar a la tierra.

Desde ahí, podrán reintegrarse a su abandonado hogar, el árbol, en una nueva función.

Es una transmutación vigorosa-Es una ronda vital.

Hay cambios, pero no expulsiones.

Luego, con el tiempo volverán a ser hojas. Con más vitalidad, renovadas y dispuestas a continuar esta inexplicable cadena donde la vida y la muerte son socios eternos y tiene una meta:

La supervivencia perenne del árbol.

El hombre sabe de la relación flora-hombre.

Ama a las flores.

Protege los árboles de su exterminio descontrolado, porque sabe que la muerte de los vegetales, significaría la muerte del ser humano.

Proteger el medio ambiente natural no es una frase cliché, es la razón misma de nuestro existir.
El hombre es un ser racionalmente social e instintivamente natural.

Sin ambiente natural no subsistiría.

Sin ambiente social, también moriría.

¡Este dueto dado al ser humano debe cuidarlo!

La muerte acecha y luego actúa cuando esta paridad deja de ser.

El amor es fruto de la vida.

Pero la vida humana es:

-Fruto del instinto gregario regulado por la educación que nos conduce al ser social.

-Fruto también del medio ambiente natural-

La vida, sólo la merece quien sabe conquistarla todos los días.”

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