TRILOGÍA POÉTICA ( 9 )

TRILOGÍA POÉTICA ( 9)











AMISTAD


Uñas perdidas en una piel olvidada.
Ojos prendidos en rubor de cerezas.-
Boca dibujada para decir crudezas.
Zapatos quejumbrosos de ritmos bailados.
Era el boceto de un hombre abandonado.


Buscaba amistad perdida por los años.
Carecía de paciencia. Carecía de humildad-
Era un descuidado sueño de los años que se iban.
¿Encontraría esa fosforescencia amiga
rescatándolo de la oscuridad?


Todo en lo que creía. Todo en lo que confiaba,
todo en lo que sentía ¿Dónde estará?.-
Miraba sus dedos delgados de húmedos anillos.
Y sus aros colgantes de orejas cansadas de sonidos
Ellos eran felices. Encendían luces plenas de amistad-

¡
Mi alma necesita otro cuerpo donde poder habitar
Mi corazón vive solo ¿ Dónde un alma encontrará?
Paf! , ¡Paf, ¡Vaya!dijo conmovido ¿Alguien afuera está?
En la puerta, había un hombre, un amigo de verdad.
Que te abraza cuando piensas que ya, no puedes más.








AMOR

Te llamo Cupido. No me atrevo decirte Amor.
Cupido es un disfraz. Amor es mucho más.
Amor es pensamiento. Aparece y se va.
No se dice… se siente-El corazón lo da-


Se cree encontrarlo en los besos que se dan.
Porque el amor es un fuego escondido que da paz
El amor no se busca en el otro, se le encuentra.
De lo profundo de tu corazón si lo pides, saldrá.


El amor,-dice, quién dio vida a la Humanidad:
Todo lo sufre, lo cree, lo soporta y mucho más-
Pero el amor bien entendido no se sufre, se disfruta.
¡Nunca deja de ser! ¡Es el camino a la felicidad!









ERES


Eres creación de mi propio ensueño.
tu susurro en mis oídos es suave melodía...
¡No te esfumes nunca, amiga misteriosa!
Necesito de tu imagen, tus palabras, tu alegría-


Eres poesía motivando versos angustiosos.
Viaje etéreo si de mi te alejas-
Aunque sean segundos sin mirar tus ojos-
Océano enorme de llanto silencioso.


¿Por qué tu voz de armonía milagrosa, calla?
Se silencia, a veces, cuando más la necesito-
Eres cadencia que escuchar siempre quisiera.
Besar tu boca sensual y viajar a las estrellas.


¿Quién podría quererte con tan sincera devoción?
Calmaste con aroma celeste mis horas de amargura.
Eres mi tiempo que acompañas con ternura.
¡Aprisiónate en mi alma y cólmala de ilusión