07 agosto 2011

TRILOGÍA POÉTICA ( 7)

TRILOGÍA POETICA (7 )








TODOS BUSCAN



El hombre avanza lento midiendo su caminar.
Huellas profundas esculpen en légamo su pensar.
Sus hombros curvan sombras en el suelo.
Siglos mirando el cielo eternizan su ansiedad.


¿Qué noche ciega su vida?¿Acaso la inmensidad?
¿Por qué llora en las tinieblas lágrimas de pesar?
El sabio busca respuestas ¿Hay un principio y final?
El místico asegura: Sólo Dios lo sabe y nadie más.


El artista busca belleza. Crea y sabe apreciar.
Mas aquel que porta en su alma fulgores de sol y mar
y ninfas del bosque ,perfumadas de azahar,
tiembla su voz cuando dice: Lo que yo busco es…amar








F I N A L


Las últimas hojas de aquel otoño volaron.
Eran verdes de vida. De los vegetales, pulmón.
Cumplieron su ciclo. La naturaleza, el patrón.
¡Fuera! No sirven. Ahora al oscuro panteón.
Leyes siniestras. ¿Quién fue su creador?
.

¿Por qué las cosas tienen que concluir?
¿Por qué empezar lo que luego va a morir?
Hay cosas que no podemos evitar.
El silencio termina siendo ruido.
Y una flor siendo hermosa, deslucirá.


Las cosas bellas de la vida se van.
Pienso nada más que en verte.
Ya no llores más….
Tú eres el final de mi universo.
Ojalá muestro espacio no termine jamás.


Nuestro amor tan hermoso ¿Concluirá?
Su fino tejido hecho de ternura y lealtad,
¿Se prolongará al Más allá?
¡Nuestro sol no languidecerá nunca.!
Porque yo te doy vida. Tú, me das paz.











LLUVIA


Sutiles gotas de lluvia corren con murmurar sombrío,
deslizándose ansiosas por canaletas de cinc.
Esas migajas de lluvia, mojan entera mi alma,
Esas lágrimas del cielo, algo me quieren decir.


Son vapores de las vegas, de los bosques, y del mar.
La lluvia trae recuerdos que no los quiero olvidar.
El edén vino a nosotros coreando una canción.
Ella ternura, armonía, labios palpitando amor.
.

Nuestro romance diamantes, rubíes del corazón.
Fulguraban nuestras almas cada día un arrebol.
El cielo nos protegía. La lluvia… su bendición.
Lluvia de finas hebras cómplice de una ilusión.


Mas el verano se acaba. Las golondrinas se van.
¡Ay! ¡De los sueños que viajan y que ya no volverán!
La suave lluvia infinita mi rostro acariciará.
Amo esa lluvia que llora y acompaña mi oscuridad.

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