TRILOGÍA POÉTICA (40)

              TRILOGÍA POÉTICA(40)









 MADRE MÍA  
(Mi 14-03-2012)

Hoy vi tu retrato colgado en esa pared.
 Todos los días vigilas mi hogar.
 Es lo único que de ti me queda, madre.
 Eras mi tiempo, ¡Nunca te podré olvidar!

 Me pregunto ¿Dónde estás?¿En el más allá?
 Esa simplicidad de la desazón crea un lugar.
 Fuiste buena. Hecha ternura, humildad. 
Me haces falta. Fuiste mi todo. ¡Eras mi hogar!

 Tu sangre reposa en la mía. Ahí estás..Juntos
 los genes de mi padre y los tuyos. ¡Soy yo!
 Por eso lo que hago, me lo inspiran ambos.
 ¿Te siento lejana, madre? ¡NO!¡Vivimos los dos!

¡Cuán abatido y tortuoso es vivir sin amor! 
Me duermo pensando en la foto de esa pared
Tú, madre, acaricias mis noches de hondo dolor
Sé, duermes conmigo-¡Soy niño otra vez! 

 





                     
 MI NOCHE   
  (vi.16-03-2012)


Sobre el silencio de un atardecer cansado, 
veo escurrir la luna mecida entre tus brazos.
Tienen tus ojos movimientos de mares salados
que adormecen veleros ondulando trazos. 

Amo tu mirada que en su fondo oscuro dibujan la noche. 
Amo las cortinas que cierran tus ojos regados de fuego. 
Amo tu iris, de múltiples colores, haciendo derroche. 
Amo tus desvelos porque soy motivo de todos tus ruegos. 

Estoy ensimismado oteando el cielo, buscando tu imagen. 
Fluye alegre, danzando en las nubes, en ballet de flores. 
Las estrellas lejanas, ya dormidas, al verte volátil ¡Renacen!. 
Eres hada madrina animando seres. Despertando amores. 

Tú eres mi noche cuidando su luna. Amando sus mares, 
cerrando tus ojos, despertando estrellas, regalando flores. 
Eres mi etérea amiga, bajando del cielo, llegando a tus lares. 
Eres promesa de amistad eterna. Eres ¡Amor de mis amores!





OLVIDAR SIN SUFRIR 
      (sáb.17-03-2012) 

Hoy unió el silencio mi desvelo. Hoy la aurora advirtió mi malestar. 
Dejé mi congoja enredada entre mis sábanas de sueño. 
Con una lágrima invisible mojándome los ojos me quise levantar. 

Mas, un recuerdo de amargura encendía mi mente como leño. 
Esa tarde de sangrante despedida me dijo; ¡Me tienes que olvidar! 
No fue sutil aquel adiós malhadado. Su evocación me hace mucho mal. 

¡Tan dulces y tan bellas eran las auroras de los mares y de su amor!. 
Delicados los lazos de ternura. Delicados sus labios, su candor. 
Dejé la puerta del olvido abierta y Cupido sus flechas las guardó. 

Ya no me lastimaré por la que se fue. Debo agradecer ¡La perdí! 
El mundo de Eros es muy equívoco .A lo mejor me favoreció. 
Algo al oído me dice.¡ Encontrarás pronto algo mejor para tí! 

Los recuerdos, caprichos del ayer, quieren recortarnos realidad. 
Quieren mostrarse. Son obcecados Quizás para hacernos vacilar. . 
Me levanté. En mis sábanas dejé olvidado ¡Lo que ya, no será más!.