30 septiembre 2010

LAS ESQUINAS DEBEN SER REDONDAS



LAS ESQUINAS DEBEN SER REDONDAS

Los temores absurdos han sido frecuentes en mi vida. Temores creados no por la imaginación, sino por la experiencias del diario vivir. Cada día tiene su afán, se dice. Yo digo, cada día tiene su temor. Pero no se crea que son temores angustiosos, límites. No, por el contrario, son pildoritas risueñas. Más bien son chascarros que nos dejan una enseñanza, algunas dramáticas y otras no tanto, quizás, cómicas.

Pero como sea, nos dejan una huella indeleble. Nos marcan, nos persiguen pues las usamos para nuestro provecho, o bien, nos causan sensaciones de impotencia e inclinamos nuestra cabeza en silente manifestación de sometimiento.

Cursaba yo el primer año de lo que hoy es Enseñanza Media. En mi época se llamaba Educación Secundaria. Vale decir, yo estaba en el Liceo.

Un día, ocurrió por la mañana, la profesora inspectora, dijo a la clase: ”Me parece de lo más edificante y ejemplificador que un joven de este curso haya sido tan amable conmigo que, galantemente al doblar una esquina de la calle que conduce a mi casa, me cedió el paso y me saludó cortésmente”. Ese joven es…

¡Me había nombrado a mí! - Vaya - me dije, ahora seré el blanco de las burlas de mis compañeros.

Al oír mi nombre todos se volvieron hacia la mesa donde yo me sentaba. Sus rostros denotaban admiración malsana. Lo leí en los ojos de mis más cercanos amigos. Yo bajé mis ojos entre turbado, atolondrado y molesto. ¡Con qué ”chupa medias” el niño! ¡Pase Ud. señorita! ¡Permítame ayudarle! ¡Oh! perdone mi torpeza, casi la atropello. Es Ud. muy galante joven..

Esos eran mis compañeros de curso. Se burlaban injustamente de mí. Para ellos, yo les había traicionado.

La profesora –inspectora era una señora solterona, muy estricta y su política era ver a todos los estudiantes, muy formalitos, bien vestidos y ordenados.

Estábamos en un colegio fiscal, mixto, donde entraba Pedro, Juan y Diego. Pero ella, pienso, ahora, deseaba lo mejor para nosotros-Y nosotros respondíamos con muy poco entusiasmo a sus reformas:

¡Bájese el cuello de su abrigo Mendez! ¡ No llegue más atrasado González!.¡Saluden con respeto a sus mayores y profesores!¡Mucho cuidado si yo los sorprendo acompañados en el cine con alguna compañera!¡serán expulsados!

Claro está que era otra época. Mediaba, entonces, la Segunda Guerra Mundial.

Cuando pasaron a menor tono las burlas de mis compañeros, les pude explicar:

“Esa tarde iba yo atrasado al cine. Caminaba rápido y al doblar una esquina, me encontré de sopetón con la inspectora. Frenar mi loca carrera y saludar fueron un todo. No hubo nada meritorio en mi comportamiento. Tan sólo hubo una inevitable cortesía. Ella consideró como una loable galantería detenerme frente a ella, cederle el paso y de “yapa”, saludarla con voz entrecortada que daba la sensación de suma educación, cuando tan sólo no podía sacar bien la respiración por mi alocado apresuramiento”.

El clan, la muchachada, recibió mis explicaciones con mucho humor y con un aplauso cerraron este episodio de mi vida estudiantil

Años más tarde recordaría este episodio y sonreiría una vez más al comprobar que hechos fortuitos, inocentes, totalmente espontáneos, podían ser interpretados tan distintamente de la realidad: ”Se ve lo que se quiere ver”, “Se oye lo que se quiere oír”.

La vuelta de la esquina es un misterio, un devenir ignorado, a veces sorprendente, a veces trágico. Muchas cosas pueden ocurrir al doblar una esquina, por eso mi pensamiento juvenil, absurdo, me hacía suponer que con el tiempo las esquinas serían redondas para evitar sorpresas ”non gratas”. Total, soñar no cuesta nada. Y en el pedir no hay engaño.


23 septiembre 2010

CHILE : Dulce Patria recibe mis inquietudes


CHILE : Dulce Patria. Recibe mis inquietudes

Nacer es la primera gran carrera que ganamos en nuestro organismo lo que nos hace superior físicamente a otros posibles mellizos que sucumben finalmente-Somos los nacidos los mejores dotados. Somos dotados por un limitado tiempo y después esas células perfectas empiezan a deteriorarse. Empezamos a debilitarnos físicamente y finalmente:¡sucumbimos!.Es la ley de la vida.

Como toda ley ,ojalá pudiésemos eludirla. Pero es imposible. Lo que podemos hacer es aprovechar ese tiempo que se nos ofrece en vivir felices. Desarrollar talentos para utópicamente ser útiles a los demás (cuando lo que hacemos es en nuestro provecho). Eso nos entretiene, nos da vida, ilusiones. Nos auto engañamos. Pero vivimos. También nos entretenemos molestando a nuestros semejantes contradiciendo sus creencias religiosas, políticas, morales, futboleras, etc.
Y así desarrollamos una preocupación constante en los demás. No los dejamos vivir tranquilos .Pero nosotros nos sentimos bien con esas actitudes. Esto no se ve en la gente ignorante, sino en todo nivel socio económico.

Es un mal ( o sistema de vida negativo) que se hace más notorio y perjudicial en las altas esferas gubernamentales porque se considera que han tenido una “ brillante trayectoria académica “y deben ser ejemplo para “ el pueblo” y no lo hacen. . No argumentan: descalifican. No reconocen lo bueno que se hace: lo ironizan. No son modestos en los logros: lo re publican. No piensan en ayudar al semejante: buscan el voto. No reconocen sus errores: los traspasan a otros. Eso se llama inmadurez, .mediocridad, populismo.


No reconocen su incapacidad para ocupar ciertos cargos públicos que necesitan una seria vocación de servicio..Por “ compañerismo” los ubican en servicios para los cuales no están capacitados. Hay mejores, pero no les simpatizan..Y cuando ocupan puestos importantes o tienen el bolsillo lleno se les produce una tendinitis en la columna cervical que les hace mirar sólo hacia adelante. Adquieren una tiesura digna del apogeo de un Parkinsonismo en su grado máximo. Se transforman en extra-terrestres. En bichos “raros: No miran a nadie.

Qué lástima. Aún me inclino ante el sabio, el hacedor, el generoso, el inteligente, el que sobresale. Pero si su humildad se transforma en endiosamiento,,,¡Chao, ídolo!. Pero si su mirada y sus actitudes son del “ suficiente”:¡Chao ídolo!.- Si es atropellador en su mandato y en vez de autoridad actúa como dictador:¡Chao ídolo!.-

Se puede decir muchas cosas más. De derecha, de izquierda, de centro, hablando políticamente, eso no me influye si evitan esas taras. Si creyente, laico, ateo, agnóstico .etc, les respeto si su comportamiento es coherente con la fe que predican. En un libro no llaman”el padre Gatica, sino simplemente: Gatica. Los creyentes pequeños parecen no darse cuenta en los palacetes en que viven sus jerarcas. Los comprendo. Su fe sincera y la ignorancia que la llevan por generaciones. Atavismos que les impiden progresar…

Si en un problema hay dos culpables. Es más oneroso el comportamiento del que sabe más que el del que sabe menos. Eso es conocido El “ pueblo” también tiene su grado de culpa por no involucrarse o mejor comprometerse con los consejos que a diarios le dan las autoridades para que sus hijos sean su primera prioridad y lleguen a ser buenos alumnos y más tarde adultos responsables.

También son poco agradecidos en lo que hacen las autoridades en beneficios de ellos. Falta siempre algo o mucho y las nuevas autoridades seguramente avanzarán en ello Pero seamos agradecidos y pacientes.

Los gobiernos son los encargados de organizar el país para que sus habitantes gocen de una vida digna. Esa es la meta. Pero eso demanda tiempo y dinero. Los pobres deben confiar en que sus necesidades serán satisfechas-Y los señores pudientes deben cumplir con sus deberes de buenos y honrados contribuyentes. ¿Han visto Uds. que un camino rural haya sido pavimentado o ripiado por un particular siendo camino vecinal a ellos? Ojalá haya alguna excepción..

Los gobiernos son necesarios para administrar el país, ordenarlo, dirigirlo y hacer de sus utilidades un reparto equitativo .Significa aprobar leyes que beneficien a obreros empleados, técnicos, etc. Promuevan una buena educación..Hoy por la desigualdad económica es necesaria sea fiscal- Con el tiempo pudiera ser privada. Lo mismo ocurre con la salud. Y darle mucha importancia a la formación educativa, al desarrollo de valores. Eso es vital.

Pero el país se organiza básicamente por tres grupos de funcionarios que tienen la responsabilidad de hacer bien las cosas con miras a solucionar problemas de país y no a contingencias sin mayor importancia. Los tres grupos son :Poder Judicial. Poder Legislativo y Poder ejecutivo. Si funcionan bien, Chile crece y el ciudadano se dignifica- Como esos poderes no son estáticos deben ir modificándose según como avance el país. La inercia es un mal que existe en Chile, La ineficiencia de algunos miembros de estos poderes atrasa y hace daño al país. Eso es lo que hay que cambiar pero con acuerdos reales de los encargados de hacerlo. En el momento preciso y con la profundidad que sea necesaria. No a la improvisación, mediocridad y a la indiferencia

En Chile hay hombres de valer: usémosles. Enviamos estudiantes a doctorarse o hacer Master, aprovechémosle. Y con el tiempo se verá que Chile no estará polarizado sino fraternalmente apoyados porque habremos entendido que la unión a que aspiramos habrá llegado y sólo tendremos visión de país y no divergencias generacionales e intereses partidistas que sólo nos conducen al fracaso y a la enemistad.

Y consecuencia de ello: un país injusto, mal educado lleno de delincuentes, de malos funcionarios y de apáticos privados que sólo buscan saciar el bolsillo. Un panorama indeseable y notoriamente nacido de la ignorancia de nuestros dirigentes y con el amén de los dirigidos cuando sufragan sin saber porqué lo hacen ,por carecer de cultura cívica, y a lo cual contribuyen nuestros “ brillantes” gobernantes. .

Creo que todos aspiramos a algo diferente y esperamos que reflexionemos menos y nos pongamos a la tarea que sabemos cuál es. .Se nos ha ofrecido un cambio. Si ese cambio considera lo que yo superficialmente he expuesto., estoy con el cambio. Y creo que todos los chilenos. Pero empecemos ya..

Tenemos gobierno y oposición inteligente. Falta configurar un real entendimiento y para ello hay que enterrar profundamente las “taras”a las que he hecho alusión y lo mejor es escuchar con atención las inquietudes provenientes de diferentes áreas en problema. Llegar a acuerdos definitivos en base a honestidad y no en base a formalismos contingentes y mediáticos que nos muestran un espejismo de la realidad y no solucionan nada y postergan dicha solución y ésto motiva la aparición de huelgas y desórdenes.

Pueblo, que espera ansioso y gobierno que pretende seriamente dar felicidad a sus conciudadanos, únanse en esta lucha común y busquen puntos de acuerdo, con cordura, honestidad y seriedad y hagamos de Chile: La copia feliz del Edén.

07 septiembre 2010

UN "18" VIVIDO EN MI NIÑEZ


UN “18” VIVIDO EN MI NIÑEZ


Me levanté temprano ese día. Era hermoso despertar pues el sol guiñaba un ojo asomado en la ventana de mi dormitorio. Sí, era un sol radiante, ya primaveral. El invierno se  recogía  avergonzado de las diabluras que había estado haciendo. Se iba de viaje al hemisferio norte. Su equipaje consistía, en lluvias, granizos, escarcha, hielo, nieve, vientos, tormentas eléctricas, etc. Aquí nadie lo quería. Era un muchacho, un viejo diría yo, que había hecho mucho daño. Y todos los años repetía sus hazañas. 

No quedaba otra cosa que soportarlo. Tal vez entendió que ya estaba demás y decidió irse-Por eso el sol ahora amo y señor del tiempo se sentía hinchado de gozo.  Invitaba a levantarme. Y pronto estuve vestido con ropas más livianas. El grueso sweater, las chombas de lana, el abrigo, dormirían  una justa siesta primaveral. Se lo merecían. Mucho soportaron en invierno. Habían cumplido su trabajo y tenían derecho a descansar. Con tierna despedida los cogí, apañé  unos segundos y los  coloqué en el lugar elegido para su estival descanso.

Tres cosas llamaron poderosamente mi atención. Mi madre había madrugado y estaba en la cocina preparando el “pino” para hacer unas deliciosas empanadas fritas. 
Lo otro, sentí que el aire traía hacia mí la agradable sonoridad de una música marcial. Rápidamente salí a la calle y en la esquina estaba la banda del regimiento de la ciudad interpretando una hermosa marcha. Los músicos de uniforme militar estaban rodeados de muchachos de mi edad- La banda salía temprano del regimiento, recorría las principales calles de la ciudad interpretando sus mejores marchas y seguido por improvisados ”militares” que marcial y alegremente formaban un descompasado desfile. A veces yo participaba hasta cierta distancia de mi casa en este remedo de marcha. Era lindo, hermoso, inolvidable. Ahora ya, no visto más. Quedó en el pasado, sepultado en el recuerdo, en la memoria de algunos pocos.

Pienso por un lado, que los muchachos de ahora viven la artificialidad de la tecnología y están pegados a sus asientos. Y también pienso, que hoy el enclaustramiento  del ejército en su papel de protectores de los ciudadanos no destinan tiempo para estas cosas triviales pero que tienen un encanto especial para la muchachada. Quizás esa cercanía les haría pensar diferente y considerarían más a esta institución.

Y vamos a lo otro que siempre me llamó la atención y que era para mí lo más grandioso: Cada casa por humilde que fuese, en sus frontis se alzaba orgullosa nuestra bandera chilena. La tricolor que acompañó siempre victoriosa a nuestras huestes defendiendo el territorio patrio y que en este día realzaba esta celebración adornando cada rincón de nuestro pueblo y de todo el país. Era el mejor saludo, el mejor adorno, porque era un emblema  ganado con sudor, con sangre, con hombría.

Supongo que a todo ésto, Uds. ya le habrán puesto una fecha a estos sucesos ¿verdad?.- Claro era el día  aniversario de la Primera Junta de Gobierno que hubo en Chile el 18 de septiembre de 1810.-¡Celebrábamos las Fiestas Patria!,- Por eso todo tan especial.

A la hora de almuerzo, mi madre que era viuda, un hermano un poco mayor que yo y mi persona, nos servimos jugosas empanadas y también probamos “papayas”, bebida muy gaseosa que nos hacía difícil su ingestión. Me gustaba mucho y me asustaba a la vez. Es que probábamos ese deleite sólo una vez al año. Eran tiempos difíciles.

Por la tarde visitaríamos y esto era tradicional, a unos tíos que vivían justo donde terminaban las ramadas. Estas ocupaban más o menos dos cuadras en extensión. Se hacían en una calle ancha. La calle que no se ocupaba la usaban para correr carreras “ a la chilena”..-

Las ramadas eran realmente de puras ramas. Al parecer en esa época no llovía como hoy día  para esas fechas. También las ramadas me causaban cierto temor. Nunca entrábamos pero nuestra madre nos permitía asomarnos a atisbar lo que pasaba dentro a través de las ramas que no estaban tan apretujadas, como haciéndose cómplice para invitar a los curiosos e incautos a entrar.

Así, como se describen las primeras ramadas de nuestra historia, las chinganas, aquí ocurría lo mismo. Era la fiesta del pueblo, tradúzcase como bajo pueblo.

En las chinganas se cantaban canciones obscenas y escandalosas, se bebía mucho alcohol y se jugaba a las cartas. Eran muy comunes las peleas que terminaban frecuentemente con algún muerto.

Vi  mucha gente ebria tanto hombres como mujeres y estas últimas sin nada de pudor. No generalicemos, algunas, y mostraban, en estado de ebriedad sus partes púdicas sin vergüenza.  Las “cantoras”, señoronas ordinarias, con una guitarra más desafinada que ellas, entonaban cuecas que llevaban muchos matices obscenos. Ellos le llamaban “picardía” .

Entre las ramadas solía dejarse un espacio vacío donde ya a mediodía del día 18 estaban amontonados los borrachos. Aquellos que ya no podían soportar el trato que el dios Baco les imponía. Los carabineros de esas épocas no los llevaban presos o algo así porque esas víctimas alcohólicas y otros, gozaban de fuero que les otorgaba el país, puesto que era el” día de la libertad” y se podían exceder en ciertas conductas sin sufrir represalias.

Comparando estas fiestas con aquellas remotas “chinganas”, no había gran diferencia.

Crecí y llegué a ser adulto y no vi notorios cambios en este tipo de “celebraciones”. Quizás cambios meritorios sean la mayor vigilancia policial, menos ebriedad. También han asumido un rol importante  instituciones  que organizan ramadas con fines benéficos.

Pero lo nefasto es que “el pueblo”  ahorre dinero para pasarlo bien, lo cual no es malo, hay que recrearse. Lo malo que no priorizan sus gastos y derrochan dineros que les sirve para dar un mejor bienestar a su familia y que redunda directamente en un mal  ambiente para el educando.

Es de esperar que esta forma de celebración vaya desapareciendo de nuestro país. Me adhiero al pensamiento del psicólogo Gustave Le Bon:

“Hay elementos ya usados no adaptables a las necesidades modernas y que deben desaparecer. Pero estos cambios materiales implican desde luego cambios de mentalidad. Los medios de actuar sobre el alma de los hombres son poco numerosos. La educación constituye el único medio de acción.”

Si queremos un Chile mejor todos debemos eliminar  ciertas conductas atávicas que nos quedan y así ganarnos el respeto de todos.