23 septiembre 2011

TRILOGÍA POÉTICA (11)



                         TRILOGÍA POÉTICA(11)







             
                LABIOS AMADOS  






Sus labios, ambrosías de otros labios,
eran rojas delicias invitando a gozar.
Miles de cosa sentía junto a ellos.
.Mi boca tan cercana no podía soportar.

Esos labios amados, también, sonreían.
La floresta entera admiraba ese primor.
Mariposas viajeras su volar detenían,
soñando acariciar los labios de mi amor-

Su sonrisa nació con las flores del huerto.
Con deleite sumo acariciaba el viento.
Toda ella era justa dispensa angelical.
Sus besos revelaban su manera de amar.

Mis labios en sus labios compartían placer.
Con mis ojos cerrados me dejaba querer.
Hoy deleito quimeras y comienzo a pensar

en esos labios amados que no volveré a besar-








AMOR LEJANO (11 )(04-09-2011)

Sus palabras formaban en el aire
una danza de sonidos armoniosos,
que hacían vibrar rítmicamente
sus delicados tímpanos ansiosos-

Palabras, deleites sonoros, armonías.
Regalaban a mis oídos, noche y día.
Siempre en la distancia danzaba su voz-
Mi ser la recibía y se llenaba de amor.

¿El amor nos llama de lejos, alguna vez?
El amor no camina. Es espíritu sin ver.
Se siente, se queda y empieza a crecer.
Como hiedra amorosa, abraza nuestro ser.

El amor nació de muy lejos esta vez.
Algo importante le hizo florecer.
Fue la dulce entrega de una bella mujer,
que con dardos amorosos, calmaron mi sed.




ROMANCE OTOÑAL (11 ) 03-AGOSTO-2011


¿Cuánto tiempo se alejó tu alma de la mía?
Quizás un día, una semana, un mes.
Sólo sé que de nuevo al mirarte
de ti me enamoré-

Anoche soñé contigo.
No quería despertar.
En el sueño, me querías
Yo no te quería dejar.

Hoy te veo caminar.
Me miras con dulzura y ansiedad.
No me atrevo a delirar.
Porque no eres sueño. Eres real.

El romance entre nosotros, es lejanía.
Eso no lo debo olvidar.
Tú estás en la flor de la vida.
Y yo en un final otoñal.

Por eso sufro en silencio.
Querer retenerte… haría mal´.
Serías mariposa sin alas
que no podrías volar-


08 septiembre 2011

TRILOGÍA POÉTICA (10)

TRILOGÍA POÉTICA (10)




LEJANÍA

• Cientos de estrellas luminosas titilaban a lo lejos.
• Sus pupilas dulcísimas recogían sus reflejos.
• Hoy, extiendo mis brazos buscando en lejanía,
• a aquella que dejó mi alma en soledad y herida.

• Recuerdo con nostalgia esas noches que de pasión ardía.
• Pero toda aquella hermosa evocación quedó en olvido.
• Cuando su mirada de cielo que creía, solo mía,
• alumbró lacerantes tinieblas de amores prohibidos

• Mis ojos miraban .No veían. El sol que iluminaba no existía.
• Abría mis oídos. Ya no oían-Su alegre voz sólo…lejanía.
• Amarse… ¿Mirarse uno al otro y en la misma dirección?
• No fue posible. El invierno en su mirada, desarmó mi corazón.

• Como una malla me cubre el sinsabor con el recuerdo.
• Olvido las penurias y miro el estrellado y fulgurante cielo.
• Vuelven sus penetrantes ojos a mirarme desde lejos.
• Mi corazón recuerda sus pupilas recogiendo sus reflejos.







TRISTEZA 


Amo tu tristeza, porque también estoy triste.
Hemos perdido el amor. Asoma el pesar.
El espíritu ondula siluetas de cansados caminantes
buscando lo perdido , aliviando el malestar.

Como pétalos que abrazados forman flores,
espléndidos colores hermosean con candor;
nuestra alma salpicada de alegrías y dolores,
hace posible crear al responsable del amor.

¡Nuestro corazón! Se enamora ciegamente.
Separado de la razón, actúa independiente.
Creador de pasión .Desencanta con presteza.
El amor desparece… Nos invade la tristeza.






TERNURA 

No. No era bella la mujer que yo quería.
¿Amaba, acaso, lo que no se debía amar?
¿Tenía algo especial que me atraía?
¿O, simplemente espejismo de ansiedad?

Así como el céfiro enamora al bosque solitario;
acariciando su follaje y danzando con fervor.
Esa mujer, que yo amaba tiernamente,
halagó mis esperanzas. Encendió mi corazón.

Su epidermis matizada de dolor, no conquistaba.
El fondo de su alma la llevaba tapizada de pasión.
S u ternura, virginal espuma de rocío… dormitaba.
Mis pasos impacientes borraron su letargo. Despertó.

Y fue Cenicienta transformada en princesa de ilusión.
Su ternura, respirando aromas de bosques encantados,
hermoseó su rostro, abandonando el sinsabor.
Y como alegre mariposa que nacía: voló…voló y voló