23 mayo 2010

¿Por qué hojas al viento? (segunda parte)

Al parecer el ser humano ignora su origen y su final.Teorías argumentan que pudo venir de otros planetas, acaso fue creado por un ser superior (Dios), tal vez descendió, por evolución de los monos, suma y sigue. Lo concreto, lo histórico, lo real es que el ser humano desde su desvalida iniciación en esta vida,desde un salvajismo máximo, poco a poco, etapa por etapa y gracias a hombres inteligentes,que siempre han existido, logró salir de ese estado primitivo y llegar a la era actual llena de interesantes avances científicos y tecnológicos. Es decir, se transformó en un ser civilizado. Pero el hombre,tomado como individuo,en sus diferentes actividades ha ido entregando al mundo, ideas, acciones, raciocinios y sensibilidades. Eso es y ha sido siempre la entrega del hombre a este su mundo, su granito de arena que le convirtió obligatoriamente en un ser social, comunitario.
Pero ¿Cuál ha sido el precio que el ser humano ha tenido que pagar por estos esfuerzos en cada generación?. Su desgaste físico, su ruina física. ¿Se acuerdan de haber leído en la primera parte de estas elucubraciones, que el árbol por una especie de determinismo,por un dejarse llevar por su naturaleza, cada vez que cumplía a cabalidad su misión que era lograr la formación de un fruto,se producía en él un cambio notorio?¿Cuál era ese cambio?. Perdía una parte, sino toda,la esencia de su existir, de su vitalidad, su alma. ¿A qué esencia vital nos referimos?. A sus hojas, que son su vida misma,su todo,la que le da la vida y le acerca a la perfección. El árbol ha entregado al mundo su contribución y ya sus hojas sobran,ya no las necesita y las expulsa, a lo mejor con melancolía, es inevitable y el viento abraza a esas hojas como un hada madrina que debe cumplir con la triste misión de separarlas de su ser amado y trtansportarlas lejos y verlas caer al suelo que las recoge y apaña hasta transformarla en simple sustancia natural desechable.
El hombre se agota y al igual que ese árbol vigoroso, se va convirtiendo en un ser débil,desechable.Cada pensamiento que ya no es fue una hoja al viento que se esfumó,Cada raciocinio,ya es caduco,cada idea es pasado, cada acción ya no es ,toda su sensibilidad es ahora anestesia.Todo se lo lleva el tiempo y cual hojas vuelan lejos de su amo, que ya tampoco es y èl como el arbol de mañas queda sin vitalidad. Es el fin. El árbol se duerme y en una próxima primavera renace con más vigor,con más ansias de hacer mejor su misión. Pero, el hombre, cae, y no se levanta,agoniza,muere con o sin su deber cumplido que tampoco sabe cuál es, porque lo que hizo en la Tierra lo hizo a ciegas.Nunca supo para que nació,vivió y por qué debe morir. ¿Tendrá el hombre, como el árbol, una oportunidad, dos, o tres oportunidades más como sostienen algunas creencias orientales de renacer?.
Como reflexión final quiero recordar la frase de aquel famoso dramaturgo inglés:To be or not to be, que traducida a un español especial, sería: Creer o no creer, esa es la cuestión”.

16 mayo 2010

¿Por qué hojas al viento?

Cual día de cualquier año, eso sí era aún imberbe, me fijé que los árboles de mi ciudad,se repletaban de hojas y pensé que esos árboles envueltos en esos mantos tan especiales y propios eran felices.Con el tiempo aprendí que las hojas constituyen órganos vitales;les permiten respirar,coger substancias químicas del aire y junto con los rayos de sol hacen el milagro de crear sus alimentos y llegar a una de sus metas: formar flores y finalmente conducir a la creación de un fruto que en su vientre llevará semillas que asegurarán que esa especie continuará siendo parte de la flora terrenal. Hasta aquí todo bien.Esos árboles hermosos,me decía, deben ser felices- Y ahora ¿qué?.
No lo podía creer,pero era así,las hojas empezaron a cambiar de colores y poco a poco,ayudadas por el viento,se iban desprendiendo del árbol y esparcidas volaban por todas partes,unas caìan al pie de su amo y otras se alejaban.¿ Qué pasaba?. Entonces,ya les decía,yo era un infante ignorante,curioso,inquieto,y lo que naturalmente me atraía,pienso,que les pasó nuestros antepasados. Los árboles poco a poco quedaron desnudos,con sus ramas entrecruzadas y peor aún,soportando estoicamente los fríos y lluvias que el invierno que se aproximaba les traía como un irónico y burdo regalo.Los árboles son seres vivos.La lluvia,el frío,la nieve son fenómenos físicos,no son seres vivos.¿Acaso ellos también pueden ser seres que piensan y tenìan celos de esas arboledas y se ensañaban martirizándolos?. Bueno eso se me ocurría.Uds.saben que no es así.
Pero,que maravilla.los árboles no murieron y resucitaron con más ansias de hacer las cosas bien,y volvieron a tener hojas,y luego flores y luego frutos. Podía decirse que esos árboles poseían vida eterna.Como el ave Fénix, renacían entre sus cenizas. ¡Qué grandioso!.

08 mayo 2010

Iniciando la aventura

Estoy inaugurando mi blog y me está saliendo muy bonito gracias a la ayuda gentil de Jennifer mi secretaria ad hoc que ha sido enlazada con facebook...